Después de casi 18 años de labor, nuestra actividad corre ahora el riesgo de perderse porque el Ayuntamiento de València nos ha pedido que abandonemos el local que nos cedió hace cuatro años y no nos dan ninguna alternativa.
Esto supondría el fin de nuestra actividad al no disponer de dónde seguir haciendo nuestras tareas ni dónde guardar temporalmente todo el equipamiento.